Terminó el partido y el pitazo final trajo consigo el cierre de otro campeonato compartido entre amigos. En esta oportunidad, el grito "dale campeón" se hizo ausente, porque Atleti de Bañil entregó los puntos y Uff se consagró por la mañana. Al margen de ésto, nuestras caras demostraban felicidad, porque una vez más, éste equipo demostró estar a la altura de las circunstancias y morir (entiéndase vivir) de pié.
El partido con Bamba arrancó a eso de las 15:35 horas del pasado sábado. En la previa, veníamos hablando de ganar por goleada y conseguir un segundo puesto aparejado con juego de camisetas. Los primeros minutos demostraron que el caudal de goles a favor era poco probable, pues Bamba FC se mostraba bien parado y como un rival duro. A los 15 minutos, Rama tuvo una muy clara que podía haber desequilibrado el marcador a nuestro favor, pero la pelota dio en el palo izquierdo del arquero. Siete minutos más tarde, el Turco agarró una pelota en tres cuartos de cancha y con una volea magistral, dejó parado al arquero rival, que fue un espectador de lujo de cómo la bola volvería a golpear el caño izquierdo. Era para cerrar la cancha. No pudo ser. Minutos más tarde, cerca de los 35, el Tanito tomó un rebote y de media vuelta, cambiándole el palo al arquero, marcó lo que sería el único tanto del encuentro. Todo Bamba fue a reclamar, pues el línea parecía haberlo anulado, pero el árbitro, ejerciendo su potestad en el juego convalidó el gol (la pelota había dado en un defensor y de esta manera el Offside quedaba anulado). Con esa ventaja, fuimos al descanso.
El segundo tiempo fue una muestra de los huevos que tiene/tuvo/tendrá éste equipo. A los 10 minutos, el 17 rival encaró a Maxi y definió a un costado. Max, en un reflejo casi innato, frenó la pelota con la mano fuera del área y el arbitro, sancionó: foul y expulsión al 1 Kupalero. Así, nos quedábamos con 10 y sin ese As de espada que tantos partidos nos salvó. Ramón salió del campo y Ari (FENóMENO!!) se calzó los guantes. Por aproximadamente 20 minutos, la pasamos feo. El rival presionaba y casi no conseguíamos tener la pelota, todo parecía desmoronarse (y la victoria parecía amenazada seriamente). Ari tapó 3 o 4 que parecían escurrirse entre la red, fue sin dudas el peor momento. De a poco, y con el correr de los minutos, pudimos ir acomodándonos dentro del campo y entender un poco por dónde pasaba el partido. La defensa se plantó a grito de guerra y sacó todo con lo que bombardeaban. Ramón, ingresó nuevamente y empezamos a salir del fondo. Lateral tras lateral, sobre las bandas, hicimos correr los minutos hasta el cierre del encuentro.
Una vez más, demostramos que a pesar de las dificultades la mística sigue viva y que para derrotarnos, primero deberán matarnos y no dar chances a que revivamos. Así cerramos la etapa en TFC con una victoria y ya todo Kupal vive el nacimiento de una nueva era: el Delfín.
Un abrazo grande a toda la banda Kupalera.
Javi (6 por siempre).